Descubrir el talento en tu personal.

Descubrir el talento en tu personal.

El talento es algo que todas las personas tenemos cuando nacemos, pero que no todos somos capaces de descubrir y desarrollar.

Las empresas se convierten en el medio idóneo para localizar los talentos y desarrollarlos o, como en muchos casos sucede, se dejan de lado.
¿Qué se requiere para desarrollar el talento y luego de ello conservar a quien los tiene?

El momento del descubrimiento de los talentos.

Las personas somos distintas no solo por el hecho de que no existen idénticos. Influye la genética, pero no solo eso, es necesario reconocer que las experiencias de la vida nos permiten elegir nuestra forma de actuar ante diferentes circunstancias que nos rodean.

Para todos nosotros, la empresa y el trabajo representa el lugar donde dedicaremos la mayor parte de nuestra existencia. 8 de 24 horas al día serán dedicados por entero al trabajo, eso sin considerar el tiempo necesario para encaminarse al centro de trabajo y regresar a casa. En suma, el trabajo debería ser el sitio donde idealmente podríamos desarrollar todo nuestro potencial, sin embargo esta realidad no lo es para todos.

Desafortunadamente, en la mayoría de actividades empresariales, nuestro talento pocas veces está a prueba, dedicados a realizar tareas repetitivas carentes de reto y muchas veces de sentido.

¿Qué tiene que ver el talento disponible de una persona con el quehacer cotidiano de un trabajo monótono y repetitivo que se realiza una y otra vez de la misma forma? Cualquiera puede hacerlo de forma automática sin necesidad de requerir el mínimo de talento, hará falta un poco de adiestramiento, eso es todo.

Pero, cuando nos encontramos con actividades y tareas que representan reto, es precisamente cuando nuestras habilidades se ponen en juego y todas nuestras capacidades están ávidas de entrar en acción.

Un ejemplo

Propongo un ejemplo, dos empresas similares, ambas competidoras que tienen negocios de punto de venta donde laboran equipos de 4 personas promoviendo la venta de café y pastelillos.

El primero (negocio A) establece metas de ventas, capacita a su personal, les otorga sus uniformes y les entrega su descripción de puestos y funciones por realizar. Luego, los deja trabajar solos.

Al segundo (negocio B) se le establece metas de ventas, capacita a su personal, al igual que el negocio A, les entrega sus descripciones de tareas y funciones, pero les impone un reto: superar la meta establecida provocando que los clientes regresen pronto.

  • ¿En cuál de los dos considera que será posible descubrir los talentos del persona?
  • ¿En cuál considera que el personal querría laborar?
  • ¿Cuál de los dos ofrecería mayor satisfacción al personal?
  • Finalmente, ¿cuál conseguiría el mejor resultado?

Hallazgos:

No mencioné en ningún momento nada acerca de incentivar al personal económicamente. No insinué ningún tipo de gratificación ni mecanismo alguno en que la gente tendría que ponerse de acuerdo, trabajar en equipo, enviar un mismo mensaje, etc., sin embargo, ellos se mostrarán satisfechos tan solo por participar.

Crear una estrategia de este tipo requiere un proceso ordenado y sistemático. El ejemplo solamente sirve para demostrar que el talento existe, pero hace falta un detonante para que surja.

Todas las empresas tienen personal con talento,  pero no todas ellas cuentan con mecanismos que les permita hacerlo evidente.

El reto es uno de los elementos más poderosos, que nos permiten descubrir los talentos de las personas, pero no es el único mecanismo para hacerlo surgir, sin embargo situaciones como la del ejemplo puede llevarnos a decidir por elegir a una persona por encima de otra en razón de sus talentos demostrados. Esta es solamente una de las formas como puede manifestarse el talento, pero no es la única.

En conclusión.

¿Qué mecanismos podrían instalarse en tu empresa?, ¿en tu área?, ¿en tu actividad?

En tu papel de líder solo a ti corresponde descubrir todo el potencial de tu personal.

Tu gente posee talento que no ha explotado.

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Tiempo para pensar.

Tiempo para pensar.

 
Instalar una empresa es una actividad que requiere de una planeación delicada y minuciosa.
 
Ocuparemos muchas horas y meses enteros antes de iniciar con la operación del negocio. Queremos asegurar resultados y no podemos arriesgarnos a perder nuestra inversión.
 

La mayor parte del tiempo lo ocupamos en el diseño de la empresa. Utilizaremos cientos de hojas de papel, hasta pasar en hojas de cálculo todos los detalles que nos lleven a asegurar que nuestra inversión habrá de dar frutos a fin de que, con el tiempo, obtengamos la solidez necesaria para gozar de los beneficios de nuestro emprendimiento.

Abrimos las puertas del negocio y prácticamente todas nuestras actividades se centran en la operación de la empresa. De esa manera creamos un nuevo hábito donde la planeación pasa a un segundo término. La operación será dueña de prácticamente todo nuestro espacio mental.

Esta es la historia repetida de prácticamente todos los empresarios. Directores, gerentes y jefes de área ocupan casi el 100% de su tiempo en actividades que exige la operación de la empresa. Se olvidan que hacer es resultado del pensar.

Aparentemente esta situación se soluciona cuando surge una crisis.

Alguna desviación de los resultados esperados nos marca la necesidad de hacer un alto en el camino, analizar y extraer de nuestro tiempo de operación un momento para localizar el problema que ha generado la diferencia.

Es tiempo de pensar.

Desafortunadamente una vez resuelto el problema y vueltas las cosas a su estado normal, nuestra oportunidad de fortalecer el hábito de pensar nuevamente sucumbe ante las necesidades de la operación.

Debo reconocer que en mi trabajo como consultor pocas veces he tenido que intervenir con directores o gerentes que tienen el hábito establecido de la planeación. Normalmente se me busca cuando hay problemas, sin embargo, al hacer una inmersión en empresas muy grandes y estructuradas, no encuentro graves desviaciones en las áreas manejadas por gerentes o jefes que dedican al menos una hora semanal a la planeación y análisis de actividades. Las desviaciones son mínimas y por lo regular éstos gerentes tienen anticipadas las soluciones o al menos tienen localizados los puntos de crisis y las tienen siempre como punto de observación.

Mi propuesta para ti es que dediques al menos una hora semanal a la planeación de tu negocio y lo establezcas como un hábito propio.

El inicio siempre es el difícil.

La próxima semana, el día que tú establezcas como adecuado para esta nueva actividad, probablemente te preguntes en qué te debes enfocar. La respuesta es sencilla: Identifica las desviaciones de tus procesos y sus resultados y localiza los puntos de mejora que puedas instalar.

Establecer indicadores.

Esta tarea implica necesariamente que tengas de antemano metas establecidas y resultados tangibles a la mano. Si no los tienes, entonces tu primer tarea será establecer tus indicadores.

Los indicadores son datos fríos y duros que te permitan reconocer que las cosas van por buen camino: piezas fabricadas; volúmenes aceptables de desperdicio; errores detectados durante la semana; costos generados por producto elaborado; fases de procesos cumplidos y recibidos por el cliente; tareas cumplidas en tiempo; etcétera.

Análisis de resultados.

Si tienes ya establecidos los indicadores de productividad de tu negocio, entonces la tarea será analizar los resultados del período anterior (que en el caso del ejemplo, puede ser semanal).

Propuesta de cambio.

Finalmente, la tarea de pensar y planear consiste en cambiar alguna forma de procedimiento o método de trabajo que te lleve al resultado que estás queriendo lograr. De esa manera corregirás oportunamente cualquier desviación, antes de que el resultado se agrave irremediablemente.

Recuerda que repetir siempre los mismos pasos producirán exactamente el mismo resultado.

 

La Planeación es una actividad exclusiva de líderes exitosos.

 

 

Las Guías de Liderazgo©, de Instituto Discere fueron creadas para emprendedores que necesitan estar siempre actualizados, pero que no cuentan con el tiempo para formarse o han decidido dejar de hacerlo por requerir mucho tiempo, dinero y esfuerzo.

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¿Realmente desarrollar el liderazgo toma mucho tiempo?

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