por Ramón Partida | Oct 23, 2020 | Blog, Emprender, Emprendimiento
Era 1943 y Europa entera estaba convulsionada por la segunda guerra mundial. Mientras tanto, en la Ciudad de México, una persona cualquiera, Pedro Marcos Noriega, se ganaba la vida con un oficio humilde: elaboraba papas fritas que distribuía a sus clientes en su bicicleta.
Aunque no lo creas, el eje de su negocio se centró en el reparto de papas fritas en bicicleta por la ciudad de México, creando una flota entera de ciclistas que recorrían la ya entonces mayor urbanización del mundo. Pero su visión no terminaba ahí, sino que por el contrario, desde hacía tiempo proyectaba su negocio más lejos. Así nació SABRITAS.
Durante 23 años el crecimiento de la empresa fue exponencial, al grado que en 1966 FRITO LAY adquirió el negocio (sin incluir la bicicleta de Don Pedro) por una cantidad exorbitante.
Ningún negocio nace grande.
Existe la creencia equivocada de que cuando queremos crear una empresa debemos pensar en grande. Esta idea se divulga por todos los medios de hace más de 40 años, impulsada principalmente por las incubadoras de negocios, las escuelas de administración y las Universidades, que olvidan que nuestros abuelos y sus ancestros no necesitaron pensar de esta forma para luego meterse en los grandes embrollos de conseguir capital para instalar “su empresa”. Simplemente dominaban un oficio o buscaban aprender alguno, o bien, se dedicaban a trabajar en actividades que conocían.
De esa forma ellos se ganaron la vida por generaciones. No necesitaron una dirección y se guiaron siempre por su sentido común, su lógica y una clara identificación del potencial del negocio, aprovechando las grandes oportunidades que ofrecía una comunidad siempre creciente.
En la época de mi bisabuelo nadie pensaba en ser contratado por una empresa para ocupar un cargo burocrático, administrativo, o realizando alguna actividad específica, había que ganarse la vida de cualquier forma. Prácticamente nadie pensaba en jubilarse en alguna empresa. Simplemente había que llevar el pan a la mesa sin la ayuda de los grandes consorcios que ahora abundan. Un oficio o un pequeño comercio era suficiente, el resto lo definiría el tiempo.
Cómo nos institucionalizamos.
Dejamos de ver las oportunidades que ofrece nuestra comunidad, la localidad donde vivimos y “compramos” fácilmente lo que otros negocios ofrecen sin que eso signifique que sea mejor, de mayor calidad o de gusto extraordinario.
Por si esto fuera poco, estamos empeñados en ganarnos la vida como empleados, siendo que tenemos un enorme potencial emprendedor por el simple hecho de ser mexicanos.
He trabajado en varias partes del mundo y no deja de sorprenderme la enorme capacidad que tienen los mexicanos para edificar negocios sin recursos, únicamente con lo que tienen a la mano, haciendo notar el potencial de desarrollo que son capaces de desplegar con muy poco.
La necesidad es madre del esfuerzo, pero el ingenio es semilla de las grandes ideas.
Debes saber que en los 33 años que tengo como consultor he trabajado para todo tipo de empresas y no dejan de sorprenderme gratamente los pequeños empresarios que se han convertido en proveedores internacionales aún careciendo de los requeridos estándares de calidad que exige la industria mundial. Muchos de ellos superan las exigencias establecidas aún sin saberlo.
No dejo de reconocer el gran valor de las grandes empresas, que gracias al cuidado y exigencias de sus mercados, han mejorado sus líneas de producción, incrementando notablemente los estándares de calidad aceptados por los usuarios de sus productos o servicios y el de sus competidores.
¿Quién nace para ser empleado?
El período comprendido entre la década de los años 70 y 90 comenzó una frenética carrera hacia la institucionalización de los negocios en todo México. Los barrios cambiaron en las grandes ciudades y ahora se construían “cotos urbanos”. Nacía Ciudad Satélite y con ello las grandes empresas que requerían ejecutivos, secretarias y auxiliares de contabilidad, llevando a las universidades a crear nuevas carreras profesionales que anteriormente no existían.
Si antes se buscaban vendedores «genéricos» (disculpa la expresión) ahora se necesitarían egresados de mercadotecnia, que terminaban haciendo exactamente lo mismo que el vendedor tradicional.
Así se necesitó un gerente de recursos humanos, licenciado en Relaciones Industriales. En el pasado, el contador que llevaba la nómina, pero no sabía absolutamente nada de manejo de personal. Luego otras carreras fueron surgiendo conforme se demandaban especialistas para realizar alguna actividad dentro de las empresas.
La seguridad de un empleo se convirtió en una urgente necesidad que actualmente puede estar muy lejana a lo que en el pasado representaba la estabilidad laboral. Lamentablemente, hoy día, nadie puede asegurar que un profesionista podrá vivir de su salario empleado por una empresa grande o pequeña.
Aún así nuestros genes predominan.
A pesar de esta historia que se repite en todo el mundo, no me queda la menor duda de que el mexicano es el más emprendedor del mundo. ¿Lo dudas?
En Instituto Discere, en 2005 desarrollamos una investigación que confirma mi teoría: el mexicano es el ser humano más emprendedor del mundo.
En México, un 80% de adultos mayores de 45 años ya habían instalado un negocio con la intención de vivir de él.
Esto lo convierte en la comunidad más emprendedora del mundo y no encontrarás este porcentaje tan elevado en ninguna parte del mundo. Seguramente tú has sentido este mismo impulso.
Si no crees este dato, haz el estudio por ti mismo. Para ello habrás de escribir en un papel el nombre de 10 personas mayores de 45 años y preguntarles si alguna vez han tratado de instalar un negocio con la intención de vivir de sus ganancias o de complementar sus ingresos.
La respuesta te sorprenderá.
Desafortunadamente ya olvidamos cómo crear negocios:
- Negocios que funcionen y ofrezcan dividendos.
- Negocios que no requieran grandes inversiones de capital.
- Que se basen en nuestra lógica, sensibilidad y sentido común.
- Negocios que reporten utilidades rápidamente.
- Negocios sencillos, simples, con una administración transparente.
- Negocios que puedan ser reconocidos y aceptados rápidamente.
- Clientes que quieran adquirir nuestros productos o servicios.
Debo hacerte varias preguntas, querido lector:
- ¿Ya intentaste alguna vez poner un negocio y vivir de sus ganancias o complementar tus ingresos?
- ¿Qué te hizo falta?
- ¿Cuánto duró tu impulso?
Si eres mexicano, mayor de 45 años, seguramente habrás contestado estas preguntas con facilidad, desafortunadamente, tus respuestas tal vez no sean tan halagüeñas y la experiencia haya resultado frustrante o poco satisfactoria, pero esto no tiene por qué ser así.
Realmente es fácil edificar un negocio productivo pero debemos aprender a emprender, removiendo todos los paradigmas que guardamos, relacionados con el emprendimiento, mismos que durante años han limitado tu iniciativa y alimentado tu subconsciente.
Pedro Marcos (Sabritas), Miguel Montes (Dulces Montes), Angel Ibarra (Vero Dulces) y Roberto González Barrera (Maseca) fueron empresarios extraordinarios que llevaron sus negocios hasta límites insospechados, todos tenían en común la necesidad de emprender, y recursos limitados, pero no por ello dejaron pasar la oportunidad de edificar grandes empresas en el momento oportuno, pero todos reconocen haber comenzando con lo que tenían a la mano.
No pierdas la oportunidad de crear por ti mismo tu propio negocio. Con el paso del tiempo irá creciendo fortaleciéndote, mientras te ofrece gradualmente lo que siempre has querido, pero necesitas primeramente diseñar tu negocio sobre bases firmes.
La única metodología para el desarrollo de negocios que inician con los recursos que tienes la encontrarás en “Ya es hora de EMPRENDER”, y está completamente a tu alcance.
Esta metodología ha sido desarrollada por Ramón Partida para Instituto Discere.
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Date una nueva oportunidad.
por Ramón Partida | Sep 9, 2020 | Blog, Emprendimiento
Juan Carlos González tenía un buen negocio antes de la pandemia mundial de COVID. Tenía instaladas cafeterías de autoservicio en las Universidades más importantes de la ciudad. De un día para otro lo que había logrado con años de esfuerzo parecía perderse por completo
Después de evaluar seriamente las expectativas de futuro y dejando de percibir ingresos durante 4 meses dejó de creer que esta situación pasaría rápidamente y cada día agravaba más su situación, llevándolo a quedarse pronto sin recursos para poder sostener sus gastos personales indispensables.
Había que hacer algo y hacerlo pronto.
Replantear su negocio.
Hizo un análisis de lo que tenía disponible para trabajar:
- Buenos proveedores.
- Un excelente producto.
- Equipo en casa para un proyecto que había sido autorizado antes de la Pandemia y estaba por instalar.
- Un tostador de café.
- Personal dispuesto a emprender junto con él una nueva aventura (su esposa y su hijo).
Aunque vivía en una buena colonia, ésta se encontraba cercana a una población muy populosa, integrada de obreros, trabajadores de la construcción y empleados de grandes empresas que no habían cerrado por completo sus operaciones durante la pandemia, por lo que consideraba que había oportunidad de venderles lo que él bien conocía: café.
De esa forma, con ayuda de su esposa y una pequeña inversión montó un nuevo negocio, ubicada en una importante calle de la colonia cercana, esperando que las condiciones emergentes pasaran cuanto antes para reactivar sus cafeterías universitarias. Mientras tanto, había que hacer algo rápidamente porque muy pronto sus recursos se agotarían.
Su nueva cafetería ofrecía a sus clientes no solamente café elaborado en el momento, sino que además, ofrecería mezclas del buen café que comercializaba en grano, molido al gusto del cliente. Sabía que a casi todos nos gusta un buen café sin importar el nivel socioeconómico, simplemente había que ponerlo a su alcance.
Cambio de enfoque.
Juan Carlos y su familia tuvieron que hacer un cambio de enfoque de negocio. Ya no se trataba de cambiar o reparar los equipos descompuestos y surtir los suministros de los equipos colocados en las universidades, sino que ahora tendrían que ofrecer atención directa al cliente y desconocían cómo se comportaría el mercado.
Esta situación llevó al equipo a provocar un cambio de enfoque de negocio donde la atención al cliente y su cercanía sería la clave para generar ventas y multiplicar gradualmente sus ganancias, siendo que, en el pasado, el contacto con el cliente en las Universidades era prácticamente nulo.
Cambio de expectativa.
Muchos emprendedores mantienen la esperanza de que las cosas vuelvan a ser como antes, siendo que esto no ocurrirá.
Extrañamos estar cerca de otros. Nos gustan las multitudes, los conciertos, las reuniones donde vemos personas y conocemos a otros, pero los abrazos y el contacto físico cercano, parece ser que requerirá mucho tiempo para volver a ser como antes.
Esta situación nos conduce a una nueva realidad, distinta, donde la forma de vender, servir y trabajar ha cambiado para siempre. Esto no significa que así será para el futuro, pero, sin lugar a dudas, la forma de vender y atender a nuestros clientes ha cambiado para siempre, agregando componentes que en el pasado no estaban incluidos, como la forma de comprar a través de internet, las redes sociales y la recomendación de otros.
En consecuencia, nuestra expectativa también debe cambiar conforme a las nuevas condiciones que se están presentando en los mercados.
Para Juan Carlos esta realidad lo llevó a pensar en generar ingresos de cualquier manera, sin esperar los ingresos extra que con frecuencia obtenía en las Universidades cuando había algún evento especial.
Todo ha cambiado y debemos replantear nuestros objetivos en base a los hechos y condiciones que estamos viviendo ahora mismo.
Probablemente para 2021 la manera de interactuar vuelva a ser como antes, pero para entonces, los hábitos de compra de quienes estamos viviendo este momento histórico, habrá cambiado para siempre.
Una cuidadosa planeación orientada al cliente.
Pensar en que las cosas volverán a ser como antes nos puede dejar fuera del mercado. Esta es una realidad.
Si cuentas con suficientes recursos para mantenerte sin necesidad de vender o de trabajar, entonces puedes seguir tranquilo de que la pandemia pasará y llegará el momento en que todo vuelva a ser como antes.
En este momento muchos restaurantes están tratando de ofrecer sus productos y servicios a través de la venta a distancia, a través de dispositivos móviles o internet, haciendo entregas auxiliados con mensajeros dispuestos a entregar los productos en un empaque térmico.
Sin quererlo El cambio de realidad del momento ha resquebrajado la Propuesta de Valor que ofrecían a sus clientes muchos de los negocios que conocíamos. Para muchos de ellos se ha perdido por completo el sentido de valor añadido.
Si dudas que esto está pasando, imagina un restaurante con hermosas instalaciones, rodeada de vegetación, con un mobiliario exclusivo, iluminación tenue, música en vivo y aromas agradables, donde se presenta cada platillo en una vajilla exquisita. Ahora compáralo con recibir un corte de res en un envase de unicel. Aunque recibas en tu casa el platillo y tenga la misma calidad su elaboración, jamás estarás dispuesto a pagar lo que acostumbras al visitar el sitio.
La transición hacia la nueva forma de vender al cliente debe estar completamente orientada a sus necesidades actuales, lo que dejará fuera muchos negocios, generando una oportunidad extraordinaria para otros emprendedores.
Lo más importante de todo es enfocarnos al cliente, sus necesidades y su expectativa del momento.
El cambio de mentalidad puesta en papel.
El caso de Juan Carlos lo llevó a crear un nuevo negocio donde el perfil de sus clientes es de un nivel socioeconómico medio. El local es visitado por las esposas y los hijos adolescentes, eventualmente un cliente al regresar del trabajo hace un alto en la cafetería y surte su despensa con un paquete de café molido.
Ha comenzado a cautivar a sus clientes y está teniendo muy buena acogida que poco a poco va creciendo.
Las señoras que por la tarde compran una taza de café o los adolescentes que solicitan un capuchino se llevan un cuarto de kilo para su casa y Juan Carlos y sus colaboradores están atentos a tomar los datos del comprador a fin de ofrecerles resurtir su café molido periódicamente. Todos los clientes reciben un aviso previo a sus números celulares para recordarles que pronto se terminará su café favorito, invitándoles a pasar a la cafetería donde les obsequian un café preparado en la compra en la compra de un kilo de producto.
Han creado un blog en que envían recomendaciones para la conservación y cuidado del buen consumidor del café. Este blog lo han montado en Facebook y cada día tiene más seguidores que gradualmente se incrementan.
Juan Carlos y su equipo han cambiado la forma de hacer negocio, lo más importante es que no han dejado de tener ventas y gradualmente están construyendo una comunidad de clientes enriquecida por la recomendación de sus primeros clientes.
Entonces ¿Cuáles son las nuevas reglas?
Sin lugar a dudas existen nuevas reglas que aplican a todo negocio que quiere sobrevivir a la pandemia. Esas reglas no tienen que representar una pérdida irreparable, sino una oportunidad para surgir con un nuevo emprendimiento.
Así como Juan Carlos, el cierre temporal de su negocio le representó la oportunidad de abrir uno nuevo y seguir generando ingresos, este mismo fenómeno está ocurriendo en muchos mercados.
Las nuevas reglas implican estar permanentemente en la mente de nuestros clientes aprovechando las redes sociales, internet y la recomendación, tanto para un negocio que se tenía previamente como para uno nuevo que pueda surgir como resultado de la pandemia.
Cada negocio que gradualmente se va reactivando surge con nuevas reglas surgidas de las formas aprendidas de trabajar.
Es muy probable que nuestros clientes que en el pasado esperaban que lleváramos un catálogo físico de producto, a partir de la pandemia estarán trabajando desde sus casas y no regresen físicamente a una oficina. Este tipo de afectaciones y diferencias que se darán gradualmente en cada industria deben ser detectadas oportunamente y responder, en consecuencia, a las nuevas formas de vincularnos con nuestros clientes.
Ciertamente muchas empresas no han dejado de operar durante este período, pero con toda seguridad habrá formas nuevas de relacionarnos con ellos que representan una nueva oportunidad comercial.
Identifica cómo se están comportando tus clientes a raíz de la pandemia y cuáles son las nuevas reglas que se han establecido para quedarse. El futuro de tu negocio depende de reconocer con precisión estas nuevas formas de relación.
¿Desplazar a otros o abrir nuevos mercados?
En el pasado había que competir con otros para ganarse un lugar en la preferencia de nuestro cliente. Había que partirse el brazo para lograr este acceso y luego hacer grandes malabares para mantenerse en la preferencia del cliente.
Siempre he dicho que las grandes empresas tienen enormes dificultades para “tropicalizar” soluciones debido al gigantismo corporativo. Los grandes consorcios tienen enormes deficiencias de adaptación a las necesidades locales, lo que representa nuestra gran oportunidad de ocupar su espacio comercial.
Esta realidad representa una gran oportunidad para nosotros.
Cuando Juan Carlos pensó en poner una cafetería en una zona popular no se comparó en el rey de las franquicias: Starbucks, ni pensó en su forma de ofrecer el café, simplemente observó el mercado y se movió en función de sus necesidades y expectativas. Así como un obrero o trabajador de la construcción difícilmente entraría a una sucursal de la gran marca, esto no significa que le desagrade el café, incluso puedes estar seguro de que muchas de estas personas son verdaderos conocedores del café por haber vivido en el campo, justo cerca de una zona cafetalera.
Cuando encuentras una necesidad no satisfecha no desplazas mercado, simplemente lo creas, pero cuando reduces la participación de un competidor, estarás desplazando el mercado a tu favor.
El ejemplo del desplazamiento contra el de creación de mercado sería si Juan Carlos hubiera puesto una cafetería estilo Starbucks, con servicio similar y productos parecidos. En su caso no fue desplazamiento, sino creación.
Esto me lleva al siguiente punto:
El Valor de lo local.
En todo el mundo se está viviendo una revaloración de “lo local”. Revalorar lo local contribuye de manera importante al rescate de la economía de zonas específicas de la población, pero, además, es capaz de fortalecer la calidad y cuidado que exigen las grandes firmas en favor de sus clientes.
Esta revaloración nos ofrece una enorme oportunidad de edificar un nuevo negocio, planteado de la forma más sencilla y obedeciendo a ciertos principios de economía que debemos conocer.
En conclusión:
Crear un nuevo negocio tiene sus riesgos, pero después de la pandemia estos nuevos emprendimientos seguirán vigentes si logran fidelizar a sus clientes.
Las oportunidades existen, pero nunca antes como ahora, que los grandes negocios han tenido que cerrar sus puertas. En este momento se están abriendo grandes oportunidades para quienes quieren aprovecharlas.
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por Ramón Partida | Feb 11, 2020 | Blog, Desarrollo
El talento es algo que todas las personas tenemos cuando nacemos, pero que no todos somos capaces de descubrir y desarrollar.
Las empresas se convierten en el medio idóneo para localizar los talentos y desarrollarlos o, como en muchos casos sucede, se dejan de lado.
¿Qué se requiere para desarrollar el talento y luego de ello conservar a quien los tiene?
El momento del descubrimiento de los talentos.
Las personas somos distintas no solo por el hecho de que no existen idénticos. Influye la genética, pero no solo eso, es necesario reconocer que las experiencias de la vida nos permiten elegir nuestra forma de actuar ante diferentes circunstancias que nos rodean.
Para todos nosotros, la empresa y el trabajo representa el lugar donde dedicaremos la mayor parte de nuestra existencia. 8 de 24 horas al día serán dedicados por entero al trabajo, eso sin considerar el tiempo necesario para encaminarse al centro de trabajo y regresar a casa. En suma, el trabajo debería ser el sitio donde idealmente podríamos desarrollar todo nuestro potencial, sin embargo esta realidad no lo es para todos.
Desafortunadamente, en la mayoría de actividades empresariales, nuestro talento pocas veces está a prueba, dedicados a realizar tareas repetitivas carentes de reto y muchas veces de sentido.
¿Qué tiene que ver el talento disponible de una persona con el quehacer cotidiano de un trabajo monótono y repetitivo que se realiza una y otra vez de la misma forma? Cualquiera puede hacerlo de forma automática sin necesidad de requerir el mínimo de talento, hará falta un poco de adiestramiento, eso es todo.
Pero, cuando nos encontramos con actividades y tareas que representan reto, es precisamente cuando nuestras habilidades se ponen en juego y todas nuestras capacidades están ávidas de entrar en acción.
Un ejemplo
Propongo un ejemplo, dos empresas similares, ambas competidoras que tienen negocios de punto de venta donde laboran equipos de 4 personas promoviendo la venta de café y pastelillos.
El primero (negocio A) establece metas de ventas, capacita a su personal, les otorga sus uniformes y les entrega su descripción de puestos y funciones por realizar. Luego, los deja trabajar solos.
Al segundo (negocio B) se le establece metas de ventas, capacita a su personal, al igual que el negocio A, les entrega sus descripciones de tareas y funciones, pero les impone un reto: superar la meta establecida provocando que los clientes regresen pronto.
- ¿En cuál de los dos considera que será posible descubrir los talentos del persona?
- ¿En cuál considera que el personal querría laborar?
- ¿Cuál de los dos ofrecería mayor satisfacción al personal?
- Finalmente, ¿cuál conseguiría el mejor resultado?
Hallazgos:
No mencioné en ningún momento nada acerca de incentivar al personal económicamente. No insinué ningún tipo de gratificación ni mecanismo alguno en que la gente tendría que ponerse de acuerdo, trabajar en equipo, enviar un mismo mensaje, etc., sin embargo, ellos se mostrarán satisfechos tan solo por participar.
Crear una estrategia de este tipo requiere un proceso ordenado y sistemático. El ejemplo solamente sirve para demostrar que el talento existe, pero hace falta un detonante para que surja.
Todas las empresas tienen personal con talento, pero no todas ellas cuentan con mecanismos que les permita hacerlo evidente.
El reto es uno de los elementos más poderosos, que nos permiten descubrir los talentos de las personas, pero no es el único mecanismo para hacerlo surgir, sin embargo situaciones como la del ejemplo puede llevarnos a decidir por elegir a una persona por encima de otra en razón de sus talentos demostrados. Esta es solamente una de las formas como puede manifestarse el talento, pero no es la única.
En conclusión.
¿Qué mecanismos podrían instalarse en tu empresa?, ¿en tu área?, ¿en tu actividad?
En tu papel de líder solo a ti corresponde descubrir todo el potencial de tu personal.
Tu gente posee talento que no ha explotado.
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