El tiempo en nuestras vidas.

De los recursos de que disponemos en la vida, el tiempo es el más valioso, ¿cómo utilizamos nuestro tiempo cuando se trata de obtener la mayor calidad de vida? De otra forma ¿para qué queremos más tiempo disponible? Tiempo para cada actividad. Cada actividad que realizamos en la vida debe tener claramente delimitada la frontera […]

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Ramón Partida

De los recursos de que disponemos en la vida, el tiempo es el más valioso, ¿cómo utilizamos nuestro tiempo cuando se trata de obtener la mayor calidad de vida? De otra forma ¿para qué queremos más tiempo disponible?

Tiempo para cada actividad.

Cada actividad que realizamos en la vida debe tener claramente delimitada la frontera que los divide. Así tenemos tiempo para el trabajo y tiempo para el descanso; tiempo para la familia y otro para estar a solas con nosotros mismos; Nuestra calidad de vida depende en gran medida en la manera como utilizamos nuestro tiempo conforme a las actividades prioritarias que realizamos.

Conocemos personas que se pasan el tiempo en casa realizando labores del trabajo, también existen personas que estando en el trabajo quisieran estar en otra parte y lo hacen a través de sus teléfonos inteligentes y dispositivos móviles, que se convierten  en extensiones evasivas de responsabilidades.

Si bien es cierto que nuestro mundo moderno nos exige estar permanentemente comunicados, también es cierto que el tiempo es un patrimonio exclusivamente nuestro y debemos tener la capacidad de definir qué queremos hacer con él, evitando la tentación de llevar el trabajo a casa con la finalidad de estar presentes en el hogar al 100%

¿Cuándo cambiamos nuestras prioridades?

Conforme vamos alcanzando metas en nuestra vida, vamos olvidando gradualmente por qué dedicábamos tanto tiempo haciendo determinadas cosas. Perdemos el sentido del objetivo hasta que llegamos a un punto donde nuestra actividad profesional puede llegar a tener mucha más relevancia que nuestra vida personal y familiar.

Este es un efecto que he encontrado en muchas personas mayores de 40 años, que habiendo planeado el futuro de su vida profesional y familiar (cerca de los 25 – 30 años) llegan a perder el sentido de dirección por la que hacen las cosas transformando sus comportamientos de una forma no deseada.

Esperaría que esto no te estuviese pasando a ti.

El tiempo disponible, el único patrimonio verdaderamente nuestro.

Si te remites a tu historia personal podrás darte cuenta de las transformaciones que has tenido en tu vida y la manera como en la actualidad te comportas y la forma como tu pareja también se ha transformado. Estos cambios afectan el desarrollo de cada uno como personas debido a que deja de ser importante lo que cada uno quiere para tratar de coincidir con lo que conviene a ambos, pero llega el momento en el que los intereses individuales son prácticamente desplazados por las nuevas responsabilidades que se adquieren como pareja. Por ninguna razón debe perderse el individuo porque solamente así es posible aportar a la pareja.

Una sabia administración del tiempo implica que nos ocupemos en cuerpo y alma a la actividad que corresponde en cada momento, sin anhelar estar en otro sitio resolviendo situaciones que en otra ocasión o tiempo, tendrán su oportunidad.

¿no conoces personas que estando en el trabajo piensan todo el tiempo en asuntos de su casa o a la inversa? Que no te suceda lo mismo.

El grave problema de la tecnología en casa.

Los tiempos modernos trajeron consigo innovaciones que nos proporcionan más tiempo disponible para nuestras vidas. Así apareció la lavadora, el refrigerador, el teléfono y las computadoras.

Ahora tenemos más tiempo disponible para nosotros que nuestros padres y abuelos, ahora la pregunta es qué hacer con tanto tiempo disponible. Sin embargo, irónicamente, ya no tenemos tiempo para hacer aquello que verdaderamente deseamos y sabemos que nos proporcionará una mayor calidad de vida como personas, familias y parejas.

Uno de los mayores problemas que estamos enfrentando en el Siglo XXI es la gran cantidad de distractivos que consumen todo nuestro tiempo.

  • A la hora de la comida familiar los hijos están todo el tiempo chateando con algún amigo.
  • Por las noches la convivencia se hace alrededor de la televisión, pero ya cada habitación tiene un aparato, así que prácticamente no existe la tradición de ver una película juntos.
  • Nadie lee en casa a menos que se trate de una tarea de la escuela ni pensando en que solamente leyendo se recuerdan lo que se leyó por períodos más prolongados que presenciando una película o un video.

Finalmente, ¿de qué nos sirvió contar con tantos aparatos que facilitan la vida si no puedes darle verdadera calidad a tu vida?

¿Qué haces con tu tiempo libre?


 

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