Cuando la planeación no tiene nada de estratégica

Cuando la planeación no tiene nada de estratégica

Con gran frecuencia escuchó a directivos de todo tipo de organizaciones y empresas solicitar a sus líderes, gerentes y jefes el diseño de la planeación estratégica del próximo año.

En un tiempo cercano a un mes los gerentes ofrecen y presentan su “planeación estratégica”, consistente, por lo regular, en una proyección de resultados sustentada en los que se obtuvieron en el año presente y proyectada a los que se anticipa el año siguiente, añadiendo los índices de inflación, las ventas proyectadas, los incidentes que impactaron positiva o negativamente en el año presente y, sin más, esta es la planeación estratégica que finalmente ofrecerán como si realmente fuera un trabajo en que se utilizarán estrategias, tácticas y procedimientos de mejora que pueden reducir significativamente el impacto de las situaciones negativas que se han presentado en la organización.

Francamente esta planeación no tiene absolutamente nada de estratégico y tampoco lleva un trabajo que implique compromiso alguno por hacer algo para transformar las situaciones que pueden impactar los resultados.

La Planeación Estratégica basada en objetivos reales por alcanzar.

Una planeación estratégica bien diseñada requiere del establecimiento de objetivos claros que se persiguen para cada área o gerencia, estos objetivos deben de ser ambiciosos pero realistas, esto significa que habrá de ponerse un empeño especial para abatir aquellos problemas e incidentes que impiden obtener los resultados de una forma segura; esto implica necesariamente hacer algo diferente que nos permita lograr resultados muy superiores a lo que representaría una simple proyección porcentual de resultados.

Una cosa es hacer una proyección más o menos controlada y otra muy diferente es crear una estrategia que conduzca a los resultados que deseamos conseguir y que nosotros previamente hemos trazado. Esta es la gran diferencia entre una verdadera planeación estratégica y una simple proyección financiera de resultados.

¿Cómo es la planeación estratégica que desarrollas en tu caso?

¿Te limitas a multiplicar porcentualmente los volúmenes hoy? o ¿más bien te empeñas en descubrir el origen de las desviaciones en tus resultados para proponer una serie de acciones que eliminen la incertidumbre en los resultados a través de acciones concretas que corrijan efectivamente las desviaciones que se presentan en los efectos esperados?

Una y otra vez me enfrento a este tipo de “planeaciones estratégicas” en que los ejecutivos responsables de realizar este ejercicio limitan su esfuerzo al mínimo, principalmente en empresas y organizaciones que han mantenido un nivel estable financieramente hablando pero que jamás lograrán reducir las brechas entre lo esperado y lo obtenido.

La planeación estratégica en empresas estables y exitosas.

Si bien es cierto que este tipo de organizaciones han sido estables en su desempeño y es deseable que permanezca de esa misma manera por muchos años más, es también cierto que, con un poco de esfuerzo e inteligencia, es posible abatir minúsculas fugas que en conjunto generan grandes impactos negativos en los resultados, reduciendo la eficiencia de las gerencias y áreas que, en suma, comprimen la efectividad organizacional de forma importante.

Es natural que los gerentes, en su papel de líderes, se mantienen alejados de la operación de sus subordinados, lamentablemente esta situación les impide conocer con precisión aquellas situaciones que les permitirían abatir eficazmente situaciones críticas y de operación que viven diariamente sus subordinados. Este hecho nos permite asegurar que los operativos son los “dueños de sus procesos” y por esta razón, con frecuencia, cuando un gerente propone una solución, de antemano los subordinados saben con certeza que no funcionará determinada medida. La visión de la gerencia no siempre coincide con los hechos reales que diariamente viven los operativos y por esta causa, muchas veces el gerente no sabe con precisión dónde trabajar su plan estratégico.

Todo plan estratégico parte de la visión de futuro de la Dirección General.

La Dirección General representa la voz de los socios y accionistas de la organización, siendo así, es el responsable de puntualizar las peticiones de su consejo de administración a fin de provocar cambios y mejoras que provocarán mejores resultados, sin embargo, muchas veces el Consejo de Administración solamente conoce los números y no necesariamente la operación del negocio por ser esta una responsabilidad directa de la Dirección General.

Los accionistas confían en su equipo administrativo encabezado por el Director General, que actúa como experto. Siendo así, el compromiso ético del Director consiste en proponer mejoras en la operación que lleven a consolidar y mejorar el posicionamiento de la organización en sus mercados.

Si no lo hace él ¿Quién podría hacerlo?

Es el director la única persona capaz de establecer el rumbo del negocio, o sea, la visión de futuro de la organización.

Por lo regular se piensa que los accionistas establecen el, sin embargo, son ellos precisamente los que deben de confiar en las habilidades, capacidades y talento de la persona que han elegido para ocupar el cargo de director general, es por esto que se confiere a la dirección la enorme responsabilidad de establecer la visión de futuro de la organización.

Pero ¿Qué es la visión de futuro y que incluye?

La visión de futuro consiste en una visualización real que desarrolla el director general del estado que debería lograr la organización en el futuro. Se trata de una visualización positiva que implique mejoras sustanciales en la operación y competitividad.

Este concepto difiere de muchas maneras con la tradicional visión que se exhibe en el sitio web de la empresa, que más bien se refiere a una visualización poética de lo que le gustaría conseguir a la organización. Esta visión “comercial” no tiene ninguna utilidad práctica para la administración y solamente se dicta para llenar un espacio “ideal” del quehacer de la empresa.

En cambio, la visión de futuro que debe desarrollar la dirección general se establece a partir del estado real de la operación de la empresa y, partiendo de ahí, visualizar cómo debería estar trabajando la empresa en su mejor punto, en un plazo largo.

A modo de ejemplo: “… la Dirección General ha establecido como meta a 3 años, que seremos capaces de comercializar nuestros productos en China…”

Esta es una visualización real, pero probablemente imposible de lograr si no se proporcionan los recursos necesarios para materializarla. Si no se hace algo el próximo mes, estaremos alejando la meta de tres años. Me refiero que, si no se asignan recursos desde el próximo mes para que algunas personas de la empresa aprendan a hablar chino, no lograrán la meta porque se requiere un mínimo de 3 años para aprender este idioma. Seguramente el resultado no se alcanzará.

Este es un comportamiento frecuente de los directivos, que establecen metas que naturalmente los comprometerían por no conocer con certeza las implicaciones de la visión que están definiendo.

Cuando un directivo es consciente de lo que quiere alcanzar en el largo plazo y cuenta con información estratégica y claridad absoluta en el quehacer de la organización, es capaz de trazar una visión clara de futuro basado en hechos reales que pueden medirse con facilidad y con ello, establecer, junto con sus gerentes, un plan estratégico de trabajo que lo conducirá exitosamente al resultado que se ha trazado para el largo plazo.

En efecto, todo se inicia con la Visión de futuro.

La visión de futuro que establece la dirección general debe de debe establecerse visualizando o imaginando cómo queremos que sea la organización en el futuro, en un plazo largo. A partir de este punto todo el equipo administrativo podrá orientar sus esfuerzos ordenadamente para lograr materializar de forma tangible esta visión de negocio. Ahí precisamente surge la Planeación Estratégica.

Transformar la Visión de futuro en Objetivos Estratégicos.

Si bien la responsabilidad de la dirección general consiste radica en establecer la visión de futuro es, a las gerencias las que corresponde transformar esta visión en objetivos estratégicos de área, de acuerdo con los dominios de cada una de ellas.

Transformar la visión directiva en un plan estratégico de área forma parte de los compromisos y atribuciones que debe ser capaz de sustentar cualquier gerente, en sus manos está la capacidad y la decisión para generar transformaciones dentro de su gerencia y las áreas que le competen. Sin esta facultad, el gerente quedará “muy corto” para el puesto.

Pero el plan estratégico de cada gerencia debe poderse evaluar periódicamente bajo indicadores claros y transparente, de otra manera jamás podrán establecerse niveles de avance y logros alcanzados.

Los indicadores señalan los resultados.

Metas; indicadores; tácticas; recursos para la puesta en marcha; negociaciones con otras áreas; etcétera, son elementos que tendrá que establecer y definir cada gerencia a fin de poder cristalizar esta planeación, que utilizará tácticas y estrategias específicas que formarán parte de la planeación estratégica de cada área.

No hacerlo así y con este orden, será imposible materializar las metas. Simplemente no se tiene un “mapa” de recorrido para transformar la Visión en un resultado alcanzable con el paso del tiempo.

Existe una enorme diferencia trabajar sobre una Planeación Estratégica desarrollada bajo este concepto que recibir una proyección anual de resultados.

¿Cuándo debe hacerse la planeación estratégica?

Contrariamente a lo que se piensa y a lo que se acostumbra, la Planeación Estratégica puede establecerse en cualquier momento del año, no así la proyección anual, que por lo regular se inicia entre los meses de octubre y diciembre de cada año y tiene la finalidad de anticipar el presupuesto que se requerirá el año siguiente.

Una vez que se trabaja bajo nuestro modelo de Planeación Estratégica, es adecuado iniciarlo a partir de que la Dirección General tenga una nueva Visión de Futuro del negocio, lo cual puede suceder en cualquier momento.

Una vez que se inicia el proceso y se establece la planeación de cada área, se negocian presupuestos específicos y se comienza a trabajar prácticamente de inmediato. A partir de este momento, la Planeación Estratégica se convertirá en un proceso cíclico donde las mejoras y metas logradas llevarán a la organización a establecer nuevas y mejores metas por alcanzar de manera periódica. De esa manera el modelo de Planeación Estratégica se mantiene vigente como parte de la cultura y comportamiento organizacional.


En Instituto Discere contamos con una metodología precisa para transformar la Planeación Estratégica en un proceso de mejora con resultados tangibles. Nuestra metodología ha sido probada por más de 30 empresas y organizaciones con las que hemos desarrollado más de 500 programas de planeación Estratégica desde 1996.

Nuestro programa se ofrece bajo dos modalidades (presencial o en línea).

Consulte nuestro programa On Line, haciendo clic aquí.

Comuníquese con nosotros directamente a nuestro número o póngase en contacto por correo electrónico.

Le atenderemos oportunamente.

El valor de la Revista Interna

El valor de la Revista Interna

La historia de las revistas internas.

Las revistas internas tienen una trayectoria que se inició a principios del Siglo XX, en las pocas empresas estructuradas que había entonces y como una iniciativa de los propietarios y algunos directores, principalmente en los Estados Unidos.

En México las revistas internas se comenzaron a publicar en la década de los años 60, aunque debo mencionar que algunas empresas publicaban una revista interna desde años antes con la intención de divulgar el quehacer del negocio para proyectarlo a todos los colaboradores.

Muchas empresas norteamericanas que cotizaban en bolsa necesitaban un medio para incentivar la inversión de sus socios o incorporar nuevos inversionistas, con lo que comenzaron a informarles a través de sus “House Organs” que permitía que en toda la extensión del país se motivaran nuevos inversionistas a colocar capital en éstas empresas, sin embargo, estas ediciones tenían la finalidad de promover la inversión más que en convertirse en una Revista Interna.

Volviendo a la Revista Interna, la actividad de diseñar y desarrollar una publicación se convirtió en una tarea que la Dirección asignaba al responsable del personal, que muchas veces era el contador de la empresa.

Con el paso de los años la responsabilidad de generar la revista se convirtió en una responsabilidad de las áreas de Recursos Humanos, que rápidamente se convirtió en una carga pesada, porque siendo una actividad impuesta por la Dirección General, no había forma de oponerse a su elaboración, siendo así, naturalmente se hacía con desagrado y falta de una auténtica preparación para impactar en su público objetivo: el personal. Realmente no había algún especialista capaz de dirigir el trabajo estratégico que le diera un valor importante al esfuerzo y costos que representaba cada edición.

Lo más natural era encontrar revistas trimestrales, semestrales o cuatrimestrales de empresas que, sin saberlo, no estaban impactando a sus colaboradores ni estaban generando arraigo en el personal.

¿Realmente era bueno tener una revista interna?

Entendamos primeramente cuál es el objetivo de una revista interna. Si solamente se pretende tener presencia eventual frente a los directivos, entonces cualquier publicación interna dejaría testimonio de que existía actividad humana en la empresa.

Si en cambio, lo que se pretendía era integrar al personal, involucrar y generar sentido de pertenencia entre los colaboradores y éstos se enteraran de información crucial de los procesos y la forma como la empresa evolucionaba con los años, entonces tendría que plantearse la necesidad de añadir valor al trabajo editorial que se estaba haciendo. Hacerlo desde el diseño del producto editorial y luego generar la información con la periodicidad necesaria para convertirla en un medio de divulgación valioso y apreciado por su auditorio.

Uniendo los puntos… la razón por la que muchas revistas internas fracasaban.

El fracaso de las publicaciones internas en las empresas era fácilmente demostrable cuando, el mismo día de la distribución de la revista se recogían del bote de basura más cercano un alto porcentaje de ejemplares.

Tradicionalmente se entregaba una copia a los colaboradores de la empresa un día específico que coincidía con el día de pago, por lo que se le entregaba una copia junto con su recibo de nómina. De esa forma en Instituto Discere (entonces IMEPRO) calculábamos el interés del auditorio contando el número de ejemplares recogidos de los cestos de basura.

Era asombroso medir el porcentaje de desecho, en alguna ocasión llegamos a detectar el 80% de ejemplares en los cestos de basura el mismo día que se entregaba la publicación. Era necesario reestructurar toda la revista y hacerlo como debió haberse diseñado desde el principio. El caso que menciono fue localizado en una gran empresa que cada 2 semanas editaba una publicación para 3,000 colaboradores. Simplemente los contenidos, fondo y forma carecían de interés para el auditorio al que iba dirigido.

Una publicación periódica que no cautiva a su auditorio está condenada al fracaso y no tiene ningún sentido hacer el esfuerzo de crearla.

Lo que había que hacer entonces.

En 1987 comenzamos a editar publicaciones internas para varios clientes, pero primeramente teníamos que analizar lo que ya estaban haciendo y el histórico de sus resultados.

A partir de este punto creamos un curso que impartimos a quienes serían nuestros colaboradores editoriales, dando formación a un Comité Editorial que integramos desde el inicio con la finalidad de transformar la “elegante revista interna” en una publicación que verdaderamente aportara valor a los colaboradores de la empresa, transformando la revista en un medio promotor de acciones.

Nuestra tarea comenzó en 1987 y prácticamente en 2007 dejamos de editar revistas impresas en papel. Para entonces habíamos publicado más de 600 diferentes ediciones para empresas que nos contrataban un promedio de 5 años consecutivos, publicando cada mes al menos un ejemplar impreso.

La revista interna, impresa en papel llegaría a su fin con la tendencia de conservación de la ecología y el crecimiento de la conciencia hacia el respeto por los bosques, pero seguía existiendo la auténtica necesidad de seguir promoviendo acciones y el desarrollo organizacional entre los colaboradores de las empresas. Esta necesidad sigue sin satisfacerse adecuadamente.

La llegada de internet.

Si bien, el uso de los equipos de cómputo ha incrementado la eficiencia de las organizaciones, la llegada y accesibilidad de internet a las empresas y las personas, marcó una gran diferencia en la manera como hacíamos las cosas.

El correo electrónico fue un medio muy utilizado para presentar información relacionada con la empresa y sus actividades y de alguna manera sirvió para compartir información a grupos de interés específicos del interior de las organizaciones, sin embargo, de ninguna manera los boletines de noticias transmitidas por correo electrónico pretendieron reemplazar el valioso documento que en el pasado podían proporcionar las buenas revistas internas. Hacía falta dar un paso más que tiene que ver con una estructura formal y bien diseñada para lograrlo.

Muy pronto apareció la idea de ofrecer esta información a través de una “intranet”.

¿Una intranet?

Una gran cantidad de empresas cuentan con una página de intranet con la que cumplen parcialmente con los parámetros básicos que tenían las revistas internas, desafortunadamente la intranet queda en manos de personal de TI que desconocen todo lo concerniente a comunicación y Cultura Organizacional, con lo que limitan su actividad a la transferencia de información clasificada a determinados grupos de la empresa.

Pero… con grandes limitantes.

Otras muchas organizaciones tienen una intranet que busca actuar como revista interna, pero la gran limitación de la intranet es que solamente se puede acceder a ella con permisos especiales que solamente están disponibles a un grupo muy reducido de personas que por lo regular corresponde a personal administrativo.

Una limitación adicional de la intranet tiene que ver con el espacio donde se puede acceder a la información, que por lo regular se limita a las instalaciones físicas de la empresa debido a la gran cantidad de vulnerabilidades que puede generar acceder abiertamente a la intranet de la empresa.

Con frecuencia, muchos de nuestros clientes nos mencionan que ya cuentan con una revista interna digital refiriéndose a su intranet, siendo que son dos productos distintos que ofrecen beneficios también diferentes.

La transformación que estamos creando en las Revistas Internas.

Las Revistas Internas que desarrollamos el día de hoy están cubriendo objetivos que en el pasado no se podían lograr por ningún medio.

La Revista Interna es, y seguirá siendo un medio de comunicación, lo que la convierte en un recurso extraordinario para compartir y poner en común (comunicar) conceptos que de ninguna otra manera pueden ser compartidos.

¿Cómo puedes transmitir conceptos como valores, filosofía, comportamientos aceptados, mejores prácticas y actitudes? Requieren necesariamente de un proceso de comunicación en que ambas partes: quien emite el comunicado y quien lo recibe, puedan transformar sus opiniones y conceptos hasta moldear los comportamientos deseados de las personas de la organización, pero sobre todo llevarlos a sustentar los nuevos modelos aceptados. No es magia y es posible, pero requiere una fuerte interacción entre las partes.

Una revista interna no puede quedar dentro de las paredes físicas de las instalaciones de la empresa, porque buscan trascender y llegar a los hogares de nuestros colaboradores. Limitarla al espacio laboral implica establecer fronteras geográficas y eso es contradictorio cuando tratas de alimentar la Cultura Organizacional.

La revista interna que estamos editando hoy día ofrece interacción y participación donde el lector puede proponer, opinar, evaluar y establecer juicios propios que pueden ser vistos (o no), respondidos, publicados, editados y compartidos de nuevo al auditorio, lo que la convierte en una publicación viva que se alimenta de información procedente tanto de quien emite el comunicado como de quien lo recibe, responde y participa.

La Revista Interna debe ser recibida exclusivamente por el personal que integra la empresa, evitando miradas ajenas a los intereses de la organización.

Adicionalmente, la mayor parte de los artículos que editamos pueden ser leídos o bien escuchados, porque nuestra plataforma permite incorporar audio en su contenido, facilitando la información a aquellas personas que no acostumbran leer o prefieren escuchar el contenido en forma de podcast.

Debe llegar hasta los hogares de los colaboradores porque es posible enriquecer la calidad de vida de sus familias a través de consejos, recomendaciones y puntos de vista de valor que formen nuevas generaciones más capaces de transformar positivamente su vida familiar, proyectando la empresa como el mejor lugar para trabajar.

Esto es compartir la Cultura Organizacional transformándola en materia vital que da sentido al trabajo de las personas añadiendo un gran valor a la empresa.

Tomamos lo mejor del pasado para garantizar el objetivo.

El objetivo inicial de las revistas internas era informar al personal y mantenerlo preparado para asumir las transformaciones que tendría la empresa.

Este objetivo sigue cumpliéndose cabalmente, pero ahora es posible añadir vitalidad y dinamismo al proceso de comunicación.

La publicación sigue siendo periódica, pero ahora el auditorio puede participar activamente y se le ofrecen diversas oportunidades de integrarse a los procesos donde ellos mismos establecen compromisos.

Además, la revista interna llega directamente a los dispositivos móviles de los colaboradores eliminando los costos adicionales que representa la impresión en papel de un documento físico.

La revista interna digital se ha convertido en el mejor medio de comunicación en manos del personal.

Se suman objetivos adicionales.

En el pasado y aún el día de hoy no existen herramientas eficientes para divulgar, participar y validar la cultura organizacional de las empresas y por lo regular los colaboradores solamente conocen aisladamente algunas acciones encaminadas a generar la cultura a través de sistemas y mecanismos aislados que se dan a conocer de forma desvinculada.

La revista interna permite vincular todos los programas, actividades, proyectos y recursos que asigna la empresa para promover su cultura organizacional, además de muchos objetivos más, ya que las organizaciones son seres vivientes que se transforman y deben comunicar la vitalidad que contienen, pero lo más importante de todo es que se integra de personas y son ellas las que tienen que comunicar para orientarse todos a una misma dirección.

El seguimiento a la capacitación siempre ha representado un dolor de cabeza para los administradores de la capacitación. En la revista interna es posible ofrecer seguimiento a los procesos de capacitación, prolongando los resultados y sosteniendo estrategias de mejora establecidas en la organización. Este objetivo en el pasado era imposible imaginar en una publicación impresa.

Hemos encontrado formas creativas para hacer lo mismo que en el pasado, pero mejor, ayudados con la tecnología, como presentar a los nuevos colaboradores de la empresa.

¿Qué estamos logrando?

Así como sucede con los periódicos y revistas impresas o digitales, tú seguramente te inscribirás o adquirirás un ejemplar por el interés que te genera un solo artículo, tal vez la portada o algún material que te interesa en su interior.

De la misma manera, el éxito de una publicación está garantizada si tan solo se lee un porcentaje mínimo. El interés en su contenido es el que debe despertar en el lector su deseo de conocer la información.

Basta un solo artículo capaz de generar el interés en la persona para calificar como valiosa la publicación.

Cuando preparamos al comité editorial para la función que realizará, preparamos a cada uno para que sean capaces de convertir artículos sin la menor gracia en documentos valiosos e interesantes, que aportan valor y despiertan el interés entre quienes lo leerán. Así transformamos un mismo documento en información valiosa, interesante y útiles para tus colaboradores.

Esta es la contribución que podemos ofrecer a tu organización si decides contratar con nosotros el servicio de Revista Interna.

Somos expertos desarrollando revistas internas desde 1987.

Para saber más de la Revista Interna visita: https://institutodiscere.com/revista-interna/

Si deseas conocer cómo se presenta y visibiliza una Revista Interna en tu teléfono móvil, ordenador o laptop, visita: https://institutodiscere.com/revista/

Ponte en contacto con Instituto Discere para solicitar mayor información haciendo clic aquí.